La poliomielitis es una enfermedad muy contagiosa causada por un virus (poliovirus) que invade el sistema nervioso y puede causar parálisis en cuestión de horas. El virus entra en el organismo por la boca y afecta el sistema nervioso central. Los síntomas iniciales son fiebre, cansancio, cefalea, vómitos, rigidez del cuello y dolores en los miembros. Una de cada 200 infecciones produce una parálisis irreversible, ya sea en miembros inferiores, superiores o ambos, y un 5% a 10% de estos casos fallecen por parálisis de los músculos respiratorios. La poliomielitis afecta sobre todo a los menores de 5 años, de ahí que también se le llame parálisis infantil. A las deformidades ocasionados por esta enfermedad se le conoce como secuelas.
La poliomielitis no tiene cura, pero es prevenible. Cuando se administra varias veces, la vacuna antipoliomielítica puede conferir una protección de por vida. Desde la aprobación del uso de las vacunas Salk (1955) y Sabin (1962) la poliomielitis se ha erradicado de casi todos los países del mundo. En España, los últimos casos conocidos datan de 1984.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que hay 12 millones de personas en todo el mundo con algún grado de discapacidad causada por la poliomielitis.
Número mundial de casos.
Los casos de poliomielitis han disminuido en más de un 99% desde 1988, cuando se calculaba que había 350 000 casos en más de 125 países endémicos, en comparación con los 1352 notificados en 2010. En 2012, la poliomielitis sigue siendo endémica solo en algunas zonas de tres países (la zona geográfica más reducida de toda su historia).